martes, 15 de julio de 2008

Divagaciones de un misántropo sentimental. Final.



-¿Otros asuntos?
-Exacto, son muchos los temas que te preocupan...
-Si bueno, como a todos supongo.
-No lo creas, ahora el mundo vive despreocupado, ensimismado y falsamente comprometido.
-Aun así no creo que sea el único viviente del planeta comprometido con la causa.
-¿La causa? No te confundas Dante, tu no estás comprometido con nada ni con nadie, pero tranquilo, no he venido hasta aquí para juzgarte, es completamente normal que estés infectado por el germen del mundo posmoderno.
-¿El germen del mundo posmoderno? ¿Es algo así como una enfermedad contraida por el mordisco de un zombie?
-Más o menos si, estás infestado. Mirate bien, crees que eres especial, y ciertamente hay algo en tí que parece inclinarse hacia ese lado del espíritu, todos son extraordinarios a su manera. Pedro es un tipo genial, con unos principios realmente honestos, pero trata a sus allegados con desprecio. Al igual que tu, lo odias todo, y no sólo al imbecil que habla de Unamuno, que realmente es odioso, pero no es ahí a donde quiero llegar... en el fondo lo que vengo a querer decirte es que estás en un estado de desencanto francamente preocupante.
-Lo se, lo se pero...
-¡Pero nada Dante! No puedes vivir con angustia, ¿Cómo la llamabas, angustia vital?
-Si
-¿ Por qué ese nombre?
-No lo se, creo que...no tengo una explicación concreta a ese malestar, simplemente es un peso, una carga que de vez en cuando se deja notar sobre mis espaldas. Es la tensión que todos sentimos al vivir, al rozar nuestra piel con el asfalto de la vida...
-Entiendo
-En definitva, es sentir el puto mundo cayendo sobre tus espaldas
-Experiencias vividas les llamo yo...
-Ernesto, no me gustaría importunar pero...esta conversación parece estar tomando tintes de libro de autoayuda
-Dante, sólo he venido a concienciarte, no a consolarte...he venido a llevarme conmigo la angustia a otro lugar
-¿De veras? ¡Volvería a vivir como un niño!
-Los niños también sufren, odio la visión paradisiaca de la infancia
-Cierto, tienes razón, no cambiaria los miedos de hoy por los de ayer...
-Dante, en resumen...¡Sobrevive!
-Necesito una mujer para eso
-¡No digas chorradas! Si la necesitas búscala, pero no te quedes sentado viendo pasar el mundo como si fuese una de tus películas...
-¿Y que hay de Beatriz?
-¿Beatriz?¿Es que no la oiste? Te dijo que mirases al futuro, que el ayer no se puede salvar...
-¿También estabas a mi lado cuando iba sólo por la calle?¿Eres mi ángel de la guarda?
-Últimamente me han asignado como tu tutor personal...
-¿Quién te manda, Dios?
-Algo así, si...
-¿Estás diciendome que Dios no existe?
-Ese tema está vetado. Es aquel del que nunca hablamos...
-¿Por qué? ¿Es un Dios cruel y vengador?
-No podemos decir nada Dante, son las reglas, lo siento. Lo que si puedo adelantarte es que olvides toda noción cristiana de forma humana.
-¿Es extraterrestre verdad?
-Sólo te diré que pienses en formas geométricas
-Lo sabía, una esfera perfecta que flota en el aire con rayos cósmicos...¿Me equivoco?
-Dante...
-Está bien, lo siento Ernesto.¡Ah, una última cosa!
-Dime
-¿Cómo te sientes tras ver tu rostro convertido en una marca de moda más?- Tras estas palabras la figura del Che se desvanece ante mi atónita e incrédula mirada. A mi alrededor todos me observan perplejos, bocas abiertas, ojos expresivos.
-¿Con quien hablabas?- Pregunta Sol visiblemente asustada...
La noche prosigue, la gente se pierde por callejones oscuros, las tres de la madrugada en el reloj del ayuntamiento. Pedro me mira, sabe que la velada está siendo un fracaso. Lo he dejado solo con esta nave de locos mientras yo mantenia una conversación esquizofrénica con uno de los mayores revolucionarios de la historia.
Andamos sin destino aparente, el sueño y la desesperación se apoderan de mi. Sol agarra de la mano al que dice ser su novio. Me mira, nos mira...
-¿Por qué no entramos en esta discoteca?
¿Discoteca? Pienso para mis adentros. No piso una desde la última noche que besé a Beatriz.¿Qué demonios voy a hacer yo en una discoteca? Es como entrar en un nuevo manicomio...
-¡Entremos!- Dice Pedro completamente convencido. Lo miro, sabe que no me apetece en absoluto encontrarme con el tumulto de la noche ¿Qué pretende?
Tres minutos más tarde estoy solo, con una Heineken en la mano, me encuentro rodeado de un ejercito de muertos vivientes que se mueve a un ritmo frenético. Pienso que podria ser peor, me gusta el local, está decorado con originalidad y tiene un aire retrofuturista que me hace recordar el erotismo de Barbarella.
¡Maldita sea! La palabra erotismo siempre fue ligada en mi mente al nombre de Beatriz. ¿Por qué no soy capaz de borrarla? ¡Debo borrar los recuerdos! ¡Debo matarlos! ¡Asesinarlos, masacrarlos, degollarlos!
Bebo prolongadamente de la botella que tengo en la mano. Miro hacia atrás, puedo ver a Pedro hablando con un compañero de clase. Vuelvo a beber, a mi izquierda Sol mueve velozmente los brazos, parece estar discutiendo. Las luces se encienden y se apagan, el sudor se palpa y entonces...
I saw her standing there...I saw her standing there...¡I saw her standing there! Es preciosa, morena, piel suave, aun no la he tocado pero estoy seguro de que es lo más parecido a un ángel. En una esquina, sola, mira hacia todos lados ¿Está esperando a alguien? Claro que si, te está esperando a ti Dante. Fijate, es ella, es tu deseo...
la canción de los Beatles suena en el aire, me ha visto, sabe que voy hacia ella y sonrie. Me tapo los ojos con el brazo, esa sonrisa desprende demasiada luz.
Estoy viviendo dentro del rock, estoy viviendo dentro de una letra musical, apenas tiene diecisiete años, su aspecto es incomparable, ¿Cómo pretendía yo bailar con otra? ¡Oh cuando la ví allí de pie!...El corazón gira sobre si mismo revolucionado. Ella no bailará con otro, estoy seguro. Con el paso firme cruzo el tumulto hasta llegar a su lado, sobre mí se imprime un ritmo lento. Le agarro la mano, y entonces el reloj del ayuntamiento comienza a girar, ya el tiempo no pesa, el tiempo es suave y ágil, las manecillas se mueven a una velocidad de vértigo, como sus pies y los mios bailando un twist.
La abrazo, ahora se que ya nunca bailaré con otra, ¡Oh cuando la vi allí de pie! Entonces me doy cuenta, me percato de que estoy sobreviviendo, de que el Che tenia razón, de que no me he hundido aferrado al infierno. ¿Y Beatriz? ¡Oh, Beatriz es esta chica! Beatriz son los amaneceres en la playa, los viernes a la salida del colegio y los regalos de una mañana en navidad. Beatriz es una vieja película clásica susurrandote emociónes al odio, la luz de Vermeer, los soles primaverales, los amigos, los poemas de Lope de Vega, el vino dulce y la cerveza fria en verano. Beatriz es un bello recuerdo, Beatriz es el arte en estado puro, ella era la vida y yo estaba completamente cegado. Porque el mundo no sólo era ruido y furia, porque el mundo tenía nombre de mujer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho Andrew, las ultimas noches de alamenda juntos casi hacen del texto un recuerdo mio. "Ella era la vida pero yo estaba ciego..." maravilloso tío. Necesario y común es el viraje entre angustia y supervivencia entre seres de nuestra especie. A estas alturas creo que podemos admitir ciertos márgenes de intolerancia con las gentes del mundo, ¡no somos como los demás!