jueves, 31 de enero de 2008

¿Insomnio?


Es la noche, invierno, el cielo gris merengue, casi magenta desde mi ventana, la noche es clara, aunque no encuentro la luz lunar que lo ilumina y desgraciadamente aún quedan horas para el amanecer. Me introduzco entre mis sábanas, al principio suaves y frías que con extrema rapidez se aclimatan a la temperatura corporal. Tengo miedo, pero no a las pesadillas que me asolen mientras duermo, no temo al inconsciente, temo a mi conciencia que por alguna razón me tortura y no deja descansar mi mente y me crea una vida de soledad y ansiedad en la noche, y de cansancio y vida espectral durante el día. Pronto las sábanas comienzan a hervir sobre mi piel y mi conciencia recuerda que hoy tampoco será la noche en la que descanse, creándome una angustia absurda de impotencia... Una sensación que me hace recapacitar sobre si padeceré alguna extraña enfermedad mental desarrollando una hipocondria que anula aún más mi capacidad de detener esta enfermiza mente y descansar. Esta mente que quiere ser libre y alejarse de lo mundano y de lo instintivo como necesidades de animal, ésta del dormir. La casa descansa, estoy solo, es una lucha contra mí, el sudor corre por mi sién, es una lucha del delirio más abstracto contra la necesidad más física. Un delirio sugestivo, pues cuanto más medito sobre él, más crece y se apodera de mí. Su resultado, en mi rostro cada día reflejado.

La tortura silenciosa, que sufro a solas, aterrado como el niño inocente en cuanto la oscuridad va penetrando por las calles, horas eternas de agonía intentando provocar lo que tendría que ser espontáneo, con mi rostro iluminado por esta pantalla mientras escribo palabras que no hacen más que distraer mi mente insana. ¡ Cómo terminar con esta tortura! ¡Cómo desconectar esta maléfica maquinaria que alojaste en lo más profundo de mi ser!

Es el amanecer, buenos días, le esperaba.

No hay comentarios: