sábado, 23 de febrero de 2008

Blade Runner. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?


Corría el año 1968 cuando un maduro escritor americano terminaba sin saberlo una de las novelas más influyentes dentro del campo de la ciencia ficción del siglo XX.
Nos referimos por supuesto al excéntrico y genial Philip K Dick y su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Es esta tal vez junto al Solaris de Stanislaw Lem la novela que forma los pilares centrales del acutal género de la ciencia ficción en la literatura contemporánea.
Catorce años más tarde y tras el éxito de crítica y público del libro de Dick, Hollywood se pondría manos a la obra y contratando a un publicista que en su haber tenia ya dos largometrajes (uno especialmente soberbio sobre un alien bastante malvado) mandaría elaborar un guión sobre dicha novela que vería la luz en su versión cinematográfica un día cualquiera del año 1982. Ya estaba todo preparado, acababa de nacer un mito, un diamante en bruto que como las grandes obras aguantarán estoicamente el peso inexorable del tiempo, como si de esta manera estuviese profetizando con su vigencia actual una de las temáticas del propio film.
Son muchos los estudios, y monográficos de los cuales ha sido objeto esta película, y se ha hablado y dicho mucho sobre la interpretación de los factores que forman Blade Runner, por eso desde los hijos bastardos de Dios sólo queremos hacer un homenaje a este clásico que en los últimos días ha visto salir a la luz una edición dvd en condiciones.
Hay obras que nacen proféticas, como si tuviesen la capacidad demoledora de adelantarse a su tiempo para hacer una radiografía de los tiempos venideros, pues bien, esta película fue la predecesora de la sociedad que seguramente se acerca cada vez más rápido hacia nuestros días, con una ambientación envidiable que mezcla lo oriental en lo occidental (como si eso no estuviese ya pasando) y que representa una ciudad oscura, lluviosa, nihilista y desesperanzada ( como si a eso ya no estuviésemos acostumbrados) y que además hace una jerarquización de los seres humanos divididos por normales, especiales y androides que desde luego ha venido representando a la civilización humana desde los tiempos más borrosos de la historia. Y es que Blade Runner es una obra maestra no ya tan solo por sus contenidos filosóficos y antropológicos sino por su repercusión en las futuras obras cinematográficas (vease todas las Matrix de turno, con mis respetos a los hermanos Wachowski). Ridley Scott, autor que personalmente me gusta más bien poco parece ser el causante y detonante de esta maravilla, aunque aun hoy muchos siguen pensando que está película la dirigió su primo.
Son muchas las diferencias, más bien insignificantes que hacen que esta cinta sea ligeramente divergente de su novela original, es llamativo que en la obra de Dick el término Blade Runner no aparezca en ninguna de sus páginas, en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? El personaje de Deckard es simplemente un cazador de bonificaciones, y el término fue acuñado por Scott de una novela de William Burroughs, que poco o más bien nada tenia que ver con la historia de los famosos replicantes. Otra diferencia es que en el libro estos replicantes son llamados androides o en su término despectivo andrillos, pero como he dicho anteriormente estos datos son irrelevantes, como lo es también que la película se desarrolle en Los Ángeles y el libro en San Francisco.
Pero centrémonos en su contenido filosófico que al fin y al cabo es lo que aquí nos interesa, es esta una película que explora los limites entre lo real y lo artificial (recurso muy utilizado en la obra dickiana) o el oscuro mundo de la muerte, será inolvidable esa última escena ya mencionada en este blog en anteriores entradas en la que el androide al borde del fin de su existencia aprecia más que nunca el prodigio de la vida. Y es que la proyección externa que produce contemplar la agonía de los últimos días de vida hace que esta secuencia sea recordada como un coloso de los clímax más poderosos y metafísicos de la historia. Mérito que debemos reconocer por supuesto a Scott ya que en la novela nada ocurre de esta manera. Y todo esto lleva al desencanto, al enfrentamiento contra lo divino, lo religioso ¿Y adivinan? ¡¡No es cosa mía pero vuelve a aparecer Nietzsche!!
En definitiva es esta una obra mítica que todos deberían apreciar detenidamente alguna vez en su vida, antes que el paso insoportable del tiempo haga estragos en nuestra existencia. Blade Runner o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Son obras artísticas bien diferentes, una sobresale en unos temas, y la otra se recrea en otros no menos interesantes, por supuesto hago un llamamiento desde aquí para que todo aquel que haya visto la película no baraje ni por asomo el dejar de leer la novela, pues ofrece esta gran cantidad de temáticas interesantes. Y por supuesto recomiendo encarecidamente toda la obra de Philip K Dick, que tan desastrosamente es despellejada anualmente en películas de una ínfima calidad. Me prometo a mi mismo hacer un estudio sobre Philip K Dick en un futuro no muy lejano, en un futuro en el que sea inevitable el hacer un escáner a la oscuridad.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Como ya te he dicho me gusta el estilo que le has dado a esta pequeña crítica de Blade Runner, alejándote de los tópicos que, como bien has mencionado, se pueden leer en cualquier otro lugar.

Yo hubiera resaltado también la concepción de Dios que se tiene en la novela. No me la he leído, como ya sabes, pero sí he leído críticas del libro y es interesante la visión divina que aporta.

Anónimo dijo...

2810Gracias compañero, pero como decian en una de esas películas "No empecemos a chuparnos las pollas todavía"
Desde luego que el tema de Dios en la novela da para tres artículos como este, "el mercerismo" que es como lo llama Dick en clara alusión al cristianismo, es uno de los temas más interesantes que por ejemplo la película abandona por completo.
De todos modos, como ya he dicho prometo hacer un estudio sobre la obra de Dick que es muy muy interesante y rica en temas.

Unknown dijo...

Jajajajaja, vale, vale. Dejaré tu entrepierna tranquila xD

Lo que sí me interesaría leer es tu trabajo de Antropología sobre la novela ;)