martes, 26 de febrero de 2008

Sweeny Todd. La pérdida de la esperanza.



Son muchos los que a estas alturas la consideran la película del año, las críticas positivas no se han hecho esperar y los jóvenes oscuros que conocieron a Tim Burton tras el incontrolado merchandising de Pesadilla antes de navidad festejan su estreno alabando el espíritu gótico de la cinta y la actuación del muy de moda y alérgico al peine Johnny Depp.
Pero no se asusten, nada de lo que está ocurriendo es extraño, Sweeny Todd es sin duda una película llamativa, original, oscura y grandilocuente, repleta de gargantas desangradas y cráneos rotos, inundada de personajes macabros, despiadados y empanadillas rellenas de carne no demasiado apetecible. ¿Pero entonces que ha ocurrido con esta película?
¿Es que acaso no tiene una fotografía envidiable, un diseño de producción absolutamente genial y un vestuario hipergótico que dan ganas de que se vuelva a poner de moda?
Sí, todo eso y más es Sweeny Todd, pero la nueva obra de Burton carece de alma, parece que el diablo se la haya llevado para siempre, y cuando me refiero a esta carencia de espíritu o fuerza (llámese como a cada uno le venga en gana) no quiero decir que la película sea fría y cruel (que también) con esto me vengo a referir que la cinta sobre el barbero diabólico de la calle fleet es monótona, pegajosa como la sangre que corre por sus fotogramas y de una reiteración absoluta. Vamos que es como profiterol relleno de nata, sus fotogramas empalagan con ese barroquismo cansado y cansino que tan bien nos sabe vender Burton pero que a la hora de la verdad no es tan estéticamente original como parece (veanse las semejanzas con El perfume de Tom Tykwer o el Oliver Twist de Polanski).
Y es que esta obra será admirada por todos ya que posee claramente los elementos burtonescos por antonomasia, desde que aparece el logo de la Dreamworks y suena un órgano maligno sabemos que al menos no nos vamos a encontrar con una desfachatez parecida al planeta de los simios. Aun así toda la película suena a fórmula repetida, a fábrica burocrática o trabajo manual que saca moldes idénticos con el simple fin de satisfacer a un determinado público (juvenil) que tragará con todo aquello que lleve el sello de la casa Burton (también podríamos decir sello de la casa Tarantino).
Y no es que despreciemos el film de Burton porque sea un musical o porque el exceso de sangre sea evidente, nos quejamos porque Tim Burton es uno de los directores más personales y que mejor han sabido forjarse un espacio único dentro de Hollywood, entremezclando lo onírico con lo real, lo oscuro con lo luminoso, lo poético con lo grotesco. Estamos ante un cineasta en definitiva capaz de crear personajes tan carismáticos y socarrones como Bitelchus, impregnados de esa magia (tal vez ochentera) que tan bien funcionó en su etapa 1989-1999. Con la llegada del nuevo milenio, el genio de Burton se vino abajo, unas veces más otras veces menos, especialmente destacable es su novia cadáver y alguna que otra bienintencionada Big Fish, pero la etapa dorada parece estar cada día más desgastada.
Sweeny Todd no es una mala película pero desde luego no es una “joya gótica” como más de uno presupone por ahí, estamos ante un peldaño importante en la filmografía del cineasta norteamericano a la par que un bonito aburrimiento, por eso desde los hijos bastardos de Dios seguimos añorando esos tiempos en que niños decepcionados desenterraban cadáveres de perros para traerlos de nuevo a la vida cual Frankenstein canino.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Sabía que esta entrada no iba a hacerse de rogar, no me ha sorprendido en absoluto que, tras tu declaración de ayer de ir a verla hoy, hayas aprovechado para comentarla.

Lástima da lo que dices, no por falso, sino porque me temo que llevas demasiada razón...

Rasen dijo...

Yo no la he visto todavía, pero de antemano creo que llevas bastante razón. En realidad Tim burton siempre me ha parecido alguien con poca capacidad de renovación, pero supongo que para mí tiene un nivel de atracción cuya principal fuente reside en esa insistencia de estilo y forma....en la que, harto ya de ver cine de investigación, policías, terror, violencia, enigmas, o incluso alguna insipida comedia americana...puedas decir "Oye, vamos a ver una de Burton" y redescubrir el cine, si bien es cierto que la originalidad es algo que "se va gastando"...

Anónimo dijo...

Presumís de saber de cine pero nadie recapacita en q está basado en un MUSICAL, en los q las histroias son facilonas y llo importante es la música, y a kien le molesten los subtítulos es q no sabe ver un película con subtítulos

Anónimo dijo...

1º No estamos hablando de que el problema de Sweeny Todd sea el que canten, está claro que un musical no se debe ver de igual manera que cualquier otro género.
2ºCreo que en ninguna de las lineas de esta entrada se argumenta o se dice nada sobre el problema de leer subtitulos,¡¡No nos molestan los subtitulos TIO!!!
Y por último, aquí no se presume que se sepa más o menos de cine, simplemente nos gusta como el comer,el follar y el dormir; también nos gusta criticar las pelis que vemos si!! Eso entiendo que joda al personal, somos como Jorge Javier Vazquez y Carmen Alcayde, sólo que con menos tetas y con un poquito más de sensiblidad por el arte!!!

Unknown dijo...

Esa última comparación no ha sido del todo fina, pero bueno xDDD Supongo que sirve.