lunes, 11 de febrero de 2008

¿Tragedia o Comedia?


El título de este artículo me ha traído a la memoria una de las últimas películas del filósofo existencialista Woody Allen. En un diminuto café de de la ciudad de Nueva York dos dramaturgos discuten sobre el verdadero género que impregna nuestras vidas ¿Estamos recorriendo un desolado valle de lágrimas o por el contrario nuestra existencia se limita al slapstick, el mal gusto y la chorrada? Esta duda dualista entre el bien y el mal ha venido preocupando al hombre desde los tiempos más remotos, si bien la risa surgió como la resolución de una expectativa angustiosa en nada, podemos inclinarnos a vislimbrar un mundo cruel y horrible que utiliza la broma, la patochada y el golpe tonto como forma de liberación espiritual.
Y es que uno no puede evitar asomarse a la ventana de este planeta y comprobar lleno de angustia y drama las tragedias que a todos nos acontecen, teniendo como último desenlace el peor de los males. Pero lejos de ponernos desgarradores, si algo nos legaron los griegos fue el arte de vivir y la naturaleza vital del hombre en contraposición a lo horrible del mundo natural. El Ser lucha contra el devenir, el orden le gana terreno al caos y la luz entra en una encarnizada batalla contra las tinieblas. Es aquí donde el hombre mata a Dios para romper las cadenas de su destino y se embriaga de instintos primaverales y sueños narcóticos que lo llevan a un mundo de pureza e inmortalidad infinita.
Van aquí una serie de cosas que el hombre necesita en su lucha contra el no ser: carnaval, alcohol etílico, onanismo, sueño, orgía y banquete prolongado que en fusión con el paladar haga al mismísimo demonio envidiar la vida terrenal. Invoquemos pues al venerado Dioniso y unámonos en placentera armonía con la naturaleza, dejando que sean otros quienes expriman angustiosamente sus mentes. Y que como en aquella vieja película decían, no importa el que o el como, pues todo se acaba con un chasquido de dedos cuando menos te lo esperas.

1 comentario:

Unknown dijo...

La risa no se da siempre por "la chorrada". Y el mal gusto creo que está permanentemente acompañándonos. Es más, la vida misma es de mal gusto. Pero creo que la risa está precisamente para cogerle "la gracia" a la vida, y reirte de su particular sentido del humor -más bien negro-. Liberación espiritual quieres llamarlo; yo lo llamo supervivencia.